Soy la barca abandonada, alma sin motor que no va ni viene, mecida a merced del aire y las olas. Me sostengo en la armónica quietud que da a luz nuevas formas de vida: un arrecife ha brotado justo debajo de mi quilla y las cadenas de mi ancla hoy son fuentes de corales.
Soy la barca suspensa entre los días, donde las gaviotas paran ─aferradas a mi proa─ a exterminar su cansancio. Soy por un segundo su paz, su nido.
No bogo con las mareas de la vida. Me he quedado quieta para correr, muerta a medias para poder vivir.
Alejandra Meza Fourzán ©
Y a pesar de medio muerta para emprender singladuras, aún permanece a flote. Un beso.
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Así es. Un beso de regreso. 🙂
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MUERTA A MEDIAS PARA PODER VIVIR, ME PARECE MUY BUENO, ASÍ ME SUELO SENTIR YO
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Gracias por comentar. Esa es mi frase favorita del texto. Saludos. 🙂
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