No encuentro el amor.
En este laberinto levantado a fuerza de soledades
soy el minotauro recluso en la rotura del tiempo.
Creíamos que el amor era la fuente y no el agua,
hoy sabemos que es el dolor, no la herida.
No hallo al amor pero lo presiento como a ti.
Lo intuyo tal como el ciego intuye al sol
en el crepitar de una cálida ausencia.
Estás por aquí, oigo tu respirar.
No dejes esta incoherencia de muros y ven a mí
que cuando llegue el amor,
ha de hallarnos cabeza contra cabeza
para entrarnos por la boca en su ciclón.
Quizá deba olvidarme de husmearte, para descubrirte.
Alejandra Meza Fourzán ©
Muy buen trazo, seguí la línea y casi percibo que el amor y tú, están muy cerca. Felicidades.
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Gracias por tu comentario y por leerme. 🙂
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