Mi espíritu se dilata en el evento de encontrarnos.
Pronto
yaceremos con los muslos adosados
y las almas yuxtapuestas.
Solo de pensarlo
mi corazón comienza a amasarse
en una caja de música que toca tu nombre y no más.
Te descubriré eso que no sabes,
que estoy muerta de un flanco, que lloro,
que no hay plaza en mi vida sino para tus ojos niños.
Prenderé tus risas a una nube
para echarme de espaldas y verla correr de forma infinita.
Pronto
tú me anidarás
y el aire habrá de hallar su acomodo
entre el bochorno de nuestras manos.

 

 

Ale Meza Fourzan